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¿Qué pasó con... Julio Cardeñosa?

Eurosport
PorEurosport

Publicado 05/12/2013 a las 15:09 GMT

Recordado eternamente por aquel gol fallado ante Brasil en el Mundial de Argentina de 1978, la figura de Julio Cardeñosa es la metáfora perfecta de lo que fue la historia de la selección española hasta la actual época repleta de éxitos iniciada en 2008. Leyenda del beticismo, su zurda de seda y su magnífica calidad técnica parecen haberse perdido en el recuerdo.

Cardeñosa, en el Mundial 1978 contra Brasil

Fuente de la imagen: Imago

Hay instantes que marcan la vida de una persona, hechos y sucesos que perduran en el tiempo y se adhieren de forma permanente a una figura, con nombres y apellidos, condenado a soportar, hasta la eternidad, con la carga de ese recuerdo que prevalece en la memoria colectiva.
Dentro del fútbol español, el nombre de Julio Cardeñosa es el caso más clarificador de lo antes descrito. Un futbolista con una trayectoria extensa, rica en historias y anécdotas y muy valorada por los compañeros de profesión, pero que, sin embargo, para una gran mayoría, dicho nombre signifiquen una única jugada, una única acción con la que juzgar dieciocho años de carrera profesional.
Porque sí, Julio Cardeñosa falló aquel gol cantado ante Brasil en el Mundial de Argentina de 1978. Una copa del mundo en la que España comenzó perdiendo, de forma sorprendente, ante Austria por 1-2, por lo que en el partido ante Brasil solamente valía la victoria para mantener las opciones de mantenerse vivos en la competición.
En un gran partido disputado por España, que mantuvo a raya a toda una selección brasileña, la memoria colectiva decidió quedarse con esa jugada en Mar de Plata, en la que un centro al área de Brasil lo ganó Santillana de cabeza, en la que el balón le quedó muerta a Julio Cardeñosa quien, con toda la portería para marcar, disparó como pudo en medio de un barrizal. El balón, quizá excesivamente centrado, se topó con la pierna izquierda de aquel maldito defensa brasileño Joao Justino Amaral, quien salvó en la línea de gol el tanto que habría dado a España el pase a la siguiente ronda.
En esa jugada de infausto recuerdo nace y muere, para la gran mayoría de aficionados al fútbol, la carrera de Julio Cardeñosa. Poco importan sus inicios en su Valladolid natal, su forja como leyenda del Real Betis Balompié, en el que estuvo once temporadas, en los que ganó una Copa del Rey y en el que mantiene el récord de ser el futbolista verdiblanco con más partidos en Primera División: 308. Poco parece importar su magnífica calidad técnica, su zurda de seda y su halagado liderazgo en el vestuario.
Tampoco nadie parece querer recordar que fue precisamente una magistral asistencia de Cardeñosa a Rubén Cano en Belgrado, la que catapultó a España a aquel Mundial de Argentina 1978, después de superar a Yugoslavia en una durísima repesca y con un ambiente infernal en la capital balcánica. En la selección española, Julio llegó a ser internacional en ocho ocasiones, participando también en la Eurocopa de 1980 que tuvo lugar en Italia.
Tras su retirada como futbolista emprendió la aventura como entrenador, llegando a dirigir a su querido Real Betis entre 1989 y 1991, además de al Córdoba y al Écija Balompié. Fue entonces, ya retirado, cuando Julio Cardeñosa empezó a entender que tendría que vivir con la carga de aquella jugada en Mar de Plata.
Su acción en el Mundial de Argentina servía para ilustrar año tras año la infamia y la maldición que parecía perseguir a España en cada fase final, alimentando con el paso del tiempo la obsesión de una selección española incapaz de desembarazarse de un pasado cargado de decepciones.
Por ello, este ciclo triunfal de la Selección Española fue también un pequeño respiro para tantos otros como Julio Cardeñosa. Los héroes contemporáneos que tantas alegrías han dado a la afición española se cargaron de un plumazo todos los tintes repletos de maldiciones y decepciones pasadas, encarnadas muchas de ellas en jugadas concretas, en nombres concretos, como el de aquella jugada en Mar de Plata.
Desvinculado totalmente del fútbol, Julio Cardeñosa trabaja, desde hace años, como agente de seguros. Más allá de que su nombre y apellido evoque al ciudadano medio a una de las jugadas más famosas de la historia de la selección, Cardeñosa no guarda molestia ni resquemor por dicho recuerdo.
Su pausa y temple dentro del terreno de juego lo ha llevado a la vida y de esa manera ha sabido convivir con el recuerdo constante de una jugada que le perseguirá siempre, entendiendo por fin que es inútil luchar contra la memoria selectiva social. Al fin y al cabo, siempre resultará más sencilla acordarse de aquella jugada en Mar de Plata que de dieciocho años al servicio del balompié.
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