US Open 2016, cuartos, Novak Djokovic - Jo-Wilfried Tsonga: Bendecido (6-3, 6-2 y retirada)

Novak Djokovic. Primero fue Jiri Vesely, después Mikhail Youzhny y en cuartos de final Jo-Wilfried Tsonga. El tenista serbio es el tenista que se está viendo más beneficiado por las lesiones en el US Open 2016, lo que le permite dar un respiro a su vez a su cuerpo tras una temporada muy exigente y al mismo tiempo mantener intactas sus opciones de revalidar título en Nueva York.

Jo-Wilfried Tsonga. Parecía ser el tenista que más opciones tenía de hacer daño a Djokovic dado su estilo agresivo, lo que permitiría testar el estado del brazo del serbio. Irónicamente fue él el que terminó marchándose del torneo por culpa de sus molestias físicas en una rodilla. Nunca estuvo a gusto en el partido y no llegó a complicar la faena al número uno del mundo.

Novak Djokovic está haciendo historia en el US Open 2016 por la buena suerte que está teniendo -o la mala fortuna que persigue a sus rivales-. Jo-Wilfried Tsonga fue el tercero de cinco rivales que ha tenido hasta el momento en Nueva York en presentar la bandera blanca por culpa de las exigencias de un calendario criminal. Curiosamente, el propio Djokovic será el encargado de aligerar este calendario desde su nuevo puesto de presidente del Consejo de Jugadores, siendo el mayor beneficiado directamente.

Djokovic salió concentrado a la pista, dispuesto a no ceder su servicio y a intentar defenderse al máximo posible contra Jo-Wilfried Tsonga, que desde su poderoso saque pretendía hacer daño al número uno y ponerlo en la tesitura de tener que competir verdaderamente por primera vez en el torneo si quería llegar a semifinales. Ese escenario no llegó a producirse y fue Djokovic el que fue marcando el tempo del partido, primero intenso con un break decisivo en el primer set y después lento, casi embarrado, esperando que fuera Tsonga el que errara y terminara por cavar su propia tumba. No esperaba que su adiós llegara tan pronto, en el inicio del primer set, pero acepta la situación y sin apenas esfuerzo se ha plantado en semifinales.

Pocas veces en la historia de un Grand Slam se ha visto un camino de rosas tan evidente como el que está atravesando Novak Djokovic por la parte alta del cuadro. Más allá de que el serbio jugara a un alto nivel -y lo hizo-, urge replantear si el calendario de la ATP está bien configurado así o si merece la pena descargarlo mínimamente para que el major neoyorquino no sea un torneo eliminatorio en el que gana simplemente el que mejor está físicamente.